martes, 2 de diciembre de 2014

La nieta del señor Linh

Resumen del libro

Una mañana de noviembre y tras un penoso viaje en barco, el anciano señor Linh llega a un país que podría ser Francia, donde no conoce a nadie y cuya lengua ignora. El señor Linh huye de una guerra que ha acabado con su familia y destrozado su aldea. La guerra le ha robado todo menos a su nieta, un bebé tranquilo que duerme siempre que el abuelo tararee su nana, la melodía que han cantado durante generaciones las mujeres de la familia. Instalado en el piso de acogida, el señor Linh solo se preocupa por su nieta hasta que conoce al señor Bark, un hombre robusto y afable cuya mujer ha fallecido recientemente. El afecto surge entre estos dos solitarios que hablan distintas lenguas, pero que son capaces de comprenderse en silencio y a través de pequeños gestos. Ambos se encuentran regularmente en un banco del parque hasta que los servicios sociales llevan a Linh a un hospicio que no está autorizado a abandonar. Linh consigue, sin embargo, escapar y adentrarse en la ciudad desconocida, decidido a encontrar a su único amigo. Su coraje y determinación lo conducirán a un inesperado desenlace.

Mi valoración

Lo que suele distinguir a los libros de entretenimiento sin más de la literatura es, justamente, la ausencia/presencia de una segunda dimensión. Aunque hay un montón de espléndidas historias que se las arreglan muy bien sin ese segundo plano de significación que añade la metáfora, no es el caso de La nieta del señor Linh. 
En esta obra a la vez que se relata un asunto (las aventuras, más bien desventuras de Linh en una ciudad extranjera y extraña, su amistad con el hombre del banco…), se está siempre diciendo otra cosa, señalando hacia un significado de mayor extensión: la soledad del individuo desplazado de su lugar de origen, la amistad y comunicación entre las personas por encima de la lengua y de la cultura...

Editorial Salamandra. Año:2006. ISBN: 9788498380033
Desde el principio Philippe Claudel busca una situación que signifique algo más. Y parte de algo bien sencillo: un hombre que debe exiliarse por la guerra. Pues bien, con estos pocos mimbres el autor consigue una joya literaria.

¿Cómo lo hace?

Es cuestión, sobre todo, de mirar con cuidado la historia que uno se propone narrar. Muy atentamente. Muy despacio. Aquí está el mérito de Claudel.
De este modo el novelista enriquece su relato seleccionando con cuidado las acciones que componen la historia, atendiendo siempre a su valor de sugerencia, de significación, de doble sentido; buscando el carácter metafórico de las situaciones.
Es lo que más me ha gustado del libro: decir dos cosas mientras se cuenta solo una. Dejar un trasfondo escondido; ni tan claro que se haga transparente a una mirada frívola ni tan oculto que haya que descifrarlo como una inscripción hitita.
No es tan difícil como parece: todo estriba en seleccionar bien el material narrativo; en analizar el argumento imaginado para ver dónde se esconde la metáfora de situación. Como alguien dijo; una exquisita fábula sobre el exilio y la soledad.

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