Como sheriff de Potts Country, una pequeña población de la América más profunda, Nick
Corey dedica gran parte de su tiempo a comer, dormir y eludir los problemas que
surgen en el pueblo. Su máximo deseo es que la gente lo deje en paz. Pero, ante
la proximidad de las elecciones, Nick ve que su permanencia en el cargo peligra
y por ello decide poner remedio. La solución que adopta no es la que desean los
1.280 habitantes del pueblo; es decir, que ponga fin a su holgazanería y
corrupción, sino que más bien consiste en “limpiar” el lugar. Empezará por matar
a un par de tipejos que tienen la costumbre de burlarse de él y seguirá con
unos cuantos habitantes más.
Nº de páginas: 284 págs. Encuadernación: tapa dura. Editorial: Diagonal del Grupo 62. ISBN: 9788497620567. |
Mi valoración
1.280 almas plantea lo siguiente: ¿qué ocurre cuando el
sheriff se convierte en la encarnación del mal?
Llama la atención que el narrador-protagonista es un asesino
psicópata que emplea su astucia para ocultar su culpabilidad. Estamos,
pues, ante una novela de personaje. Un
personaje que al hablar en primera persona y presentar una caracterización
directa explícita provoca en el lector una desconfianza ya que este llega
enseguida a la conclusión de que el protagonista lo está engañando. ¿Cómo?
Porque hay una contradicción básica entre lo que hace y lo que dice.
Un ejemplo:
"Con el sueño me ocurría lo mismo. Puede decirse que no
pegaba ojo. Me metía en la cama pensando que aquella noche tenía que descansar,
pero qué va. Pasaban veinte o treinta minutos antes de que me durmiera. Y
luego, después de solo ocho o nueve horas de sueño, me desvelaba y ya no podía
volverme a dormir, cascado y hecho polvo como estaba." (en la edición que leí,
páginas 7-8).
El manejo del idioma, por cierto a veces bastante soez, nos muestra la aguda inteligencia de este
sheriff y resulta otro aspecto clave para la particularización del mismo.
Pero lo que perfila y mucho a Corey es su comportamiento no
verbal que se puede clasificar en cuatro categorías: comida y bebida, sueño,
relaciones sexuales y asesinatos. Nick Corey come bastante y bebe mucho alcohol
a lo largo de la novela, duerme cantidad y mantiene abundantes relaciones
sexuales con Rose y con Amy. Los asesinatos también son constantes a lo largo
del libro. Mata a dos macarras porque cuestionan su autoridad, mata al marido de
Rose porque le estorba en su relación adúltera, mata a tío John por
supervivencia, mata a Rose y por si esto fuera poco se lleva por delante a
algún otro más.
Como alguien dijo: “1280 almas, de Jim Thompson es puro arte
de matar.”
Acabo.
Lo mejor de Thompson en esta novela es haber creado un
narrador poco fiable que arrastra al lector a un mundo de subjetividad ética.