El noventa y cinco por ciento de la producción que sale al mercado bajo el sello de ciencia ficción la podemos considerar como basura porque ha sido concebida para un consumo rápido y superficial. De ahí que este tipo de novela sufra la marginación y el desprecio de los eruditos. Pero consideramos que también hay buena literatura de ciencia-ficción. Es la que obliga a su autor a realizar un profundo y disciplinado esfuerzo para proyectarse con rigor en otra realidad, una de las claves del género. Aquí os dejamos una selección de títulos de buena literatura de ciencia ficción con el objetivo de despertar un nuevo interés hacia ella o de animaros a redescubrirla, si es que hasta ahora no lo habéis hecho.
martes, 26 de mayo de 2015
sábado, 16 de mayo de 2015
La muerte de un viajante
Resumen
Willy Loman ha trabajado como viajante de comercio durante toda su vida para conseguir lo que cualquier hombre desea: comprar una casa, educar a sus hijos, darle una vida digna a su mujer. Tiene sesenta años y está extenuado; pide un aumento de sueldo, pero se lo niegan y acaba siendo despedido “por su propio bien”, pues ya no rinde en su trabajo como antes. Todo parece derrumbarse: no podrá pagar la hipoteca de la casa y, para colmo, sus dos hijos no hacen nada de provecho. A medida que avanzan las horas la avalancha de problemas crece de modo imparable…
Mi valoración
Por casualidad me topé con los mimbres para hacer la valoración de, eso dicen, una de las grandes obras del teatro norteamericano del XX. Son siete los hilos o temas que abordaré.- La sociedad de consumo. Los aparatos que los Loman compran a plazos (nevera, coche, casa) se estropean antes de acabar de pagarlos. Entran, pues, en una espiral consumista que alcanza que alcanza su punto más alto cuando le enseñan a Willy un magnetófono y la persona que se lo muestra lo considera algo imprescindible para vivir. Aquí tenemos la clave del consumismo: crea una necesidad, vende a costa de lo que sea y cumple el eslogan de vive rápido, consume mucho y muérete pronto.
- El idealismo del sueño americano. En efecto, América como tierra de oportunidades donde cualquiera puede conseguir lo que se propone, esa idea está siempre presente en la mente de Willy. Pero el sueño americano de Willy fracasa porque llega a viejo como un pobre viajante con deudas. No solo hay un fracaso personal, el sueño americano fracasa en sus hijos: Happy es gorrón, mujeriego, mentiroso y poco serio en el trabajo; Biff, por su parte, es un cleptómano desorientado que en el mejor de los casos ha logrado ganar un dólar diario. El sueño americano que conocemos a través de las palabras de Ben: era pobre a los dieciocho, me metí en la jungla y a los veinticinco soy rico, se va al garete con los Loman.
- La derrota económica. Solo la muerte de Willy conseguirá traer un alivio económico a la familia. El éxito económico de Charley o de Howard Wagner tiene como contrapunto el fracaso total de los Loman que no han conseguido remontar durante toda su vida convertida en un continuo tapar agujeros que se van agrandando paulatinamente hasta tragarse al protagonista.
- El culto a la estética. Uno de los principios de la vida de Willy Loman es gustar a los demás; esta idea es clave desde su punto de vista y la inculca a sus hijos. Happy y Biff se preocupan por su físico, por lograr el puesto de capitán de un equipo de fútbol americano, por tener a todas las mujeres detrás. Willy Loman presume de tener millones de amigos porque gustan su sonrisa, su traje, sus chistes, incluso llega a decir que cae tan bien que hasta los guardias de tráfico protegen su coche.
- Los errores de la educación paternal y maternal. Los errores paternales están claros: priorizar la apariencia a lo real, justificar la mentira y el robo como pequeños detalles sin importancia que deben perdonarse pues pueden considerarse como algo simpático. Los desaciertos maternales se asientan en el consentimiento, en la omisión, en la permisividad y en la huida ante la verdad aunque esta sea dura y duela tener que afrontarla.
- Insignificancia de virtudes y principios morales. Bernard habla de estudiar para que Biff se gradúe y no suspenda las matemáticas, habla de un trabajo serio, pero los Loman se ríen. La Mujer habla de que ha seducido a Willy, este lo niega. En fin, la verdad, la fidelidad, la honradez son valores que no existen en la familia protagonista.
- Distorsión del núcleo familiar. Marido infiel, esposa maltratada y consentidora, hijos egoístas e irresponsables. Relaciones marcadas por la violencia…
“La tragedia de Willy Loman está en que dio su vida o la vendió para justificar que la había desperdiciado […] El que siga habiendo tantos Willy en el mundo se debe a que el hombre se supedita a las imperiosas necesidades de la sociedad o de la tecnología aniquilándose como individuo… Pero la obra trata de algo aún más primitivo. Como muchos mitos y dramas clásicos, es una historia sobre la violencia en el seno de las familias.”
domingo, 10 de mayo de 2015
Selmana de les lletres asturianes
Durante los días 2 al 10 de mayo se ha celebrado la Selmana de les lletres asturianes, en su edición número 36. Destacamos que el alumnado de Asturiano de 3º de ESO ha obtenido el premio en el IV Certamen de creación audiovisual. En el expositor de la biblioteca el profesor de Asturiano Jesús Vicente ha recogido una selección de literatura en asturiano; en el vestíbulo, trabajos del alumnado sobre vocabulario en asturiano.
El viernes día 8 los alumnos acudieron a recoger el premio:
De izquierda a derecha: Diego Riesgo, Ramón Fernández y Andrew Agrasar (3º ESO), componentes del equipo premiado |
Momento de la entrega de premios |
Pallabres, vídeo premiado
domingo, 3 de mayo de 2015
Noticias de la noche
Nº de páginas: 328. Editorial: Tusquets. Encuadernación: tapa blanda. Año de edición: 2010 |
Resumen del libro
Poco después del asesinato de un matrimonio de inmigrantes albaneses, un hombre se confiesa autor del crimen. El caso, en apariencia cerrado, se revela más sórdido y complejo cuando aparece asesinada Karayorgui, una periodista especializada en sucesos del “Hello Channel”, importante cadena de televisión del país, Jaritos, un comisario del departamento de homicidios de Atenas, recibe el encargo de dirigir la investigación. Antihéroe de novela negra recurrirá a su intuición, cinismo y experiencia para desentrañar una trama de comercio clandestino y, de paso, descubrirá al asesino de Karayorgui.
Mi valoración
Al filo de la Segunda Guerra Mundial la novela de detectives se hallaba agonizando.
¿Motivos?
Varios.
Por un lado, el aprendizaje del propio lector había destruido la máquina
de la novela policíaca, quiero decir que el mecanismo de la novela se había
vuelto tan complicado y rocambolesco que no tuvo otro remedio que estallar. Por
otro, el mundo del gran detective (Holmes, Poirot…) estaba muriendo.
Desaparecen las mansiones victorianas con sus legiones de sirvientes y mayordomos,
tantas veces convertidos en asesinos que el asunto ya había derivado en
cuestión de risa. Además, la novela policiaca clásica se alejaba peligrosamente
de la realidad. Seguía inmersa en la clase aristocrática del Imperio Inglés. Y
eso ya era historia. El presente se ubicaba ahora (en la Segunda Guerra
Mundial) en Estados Unidos. El eje del mundo. Nada más y nada menos. Allí nació
la novela negra en la época de la Ley Seca.
En mi comentario iré viendo los elementos que se transformaron con el
paso de la novela policiaca clásica a la novela negra. Y tomaré como modelo de
novela negra Noticias de la noche, de
Petros Márkaris.
¡Qué curioso!, después de renacer en América, la novela negra vuelve a
Europa, no solo a Inglaterra donde estaban sus orígenes sino a distintos países,
convertida en el detective español Pepe Carvalho, el francés Maigret, el
italiano Montalbano, el sueco Wallander y cómo no el griego Kostas Jaritos.
Empiezo con los “ingredientes”.
El detective. En la
novela policiaca clásica nunca es un policía (Holmes, Poirot…), es un detective
aficionado que se muestra inteligente, recto y pulcro, y no parece tener vida
más allá del crimen que debe resolver. El detective de la novela negra, en
cambio, trabaja por dinero. Y sí, Kostas Jaritos es un tipo normal que siente
debilidad por su hija y por la comida basura, que tiene con su mujer una
relación ambivalente (la fase del desquite, según sus palabras) y que es
aficionado a leer diccionarios.
No solo lo impulsa la lógica, a veces se mueve por instinto; por ejemplo,
da por ciertas, hipótesis para que el interlocutor caiga en la trampa. Jaritos
no es infalible; así durante un tiempo cree equivocadamente que el asesino es
Petratos. Incluso hace uso de la violencia (entrada en la casa de Elení Duru). Y
como hombre que ha vivido en la creciente corrupción de la sociedad griega, no
duda en recurrir para su investigación a
un comunista torturado y perseguido por la policía en la Época de los
Coroneles.
Para Kostas Jaritos la ley no está
por encima de todo. Esto es coherente en una Atenas amordazada por el
poder de las cadenas televisivas, controladas a su vez por los políticos. A
Jaritos no le queda otra que ser un pobre hombre al servicio de Guikas, del
director de “Hello Channel” o del ministro. Su trabajo o sus “points”, a veces,
peligran y las pasa moradas para salir bien parado. No obstante, el detective tampoco
es un bobo. Si está ahí es por algo. Es inteligente, astuto, atrevido con una
pizca de temeridad. En fin, un hombre duro de corazón blando que disfruta
pagándole a su Adrianí un viaje para que esté con la hija de ambos o un hombre
que se le cae la baba cuando su Katerina le comunica que le han ofrecido en un
departamento de la facultad la posibilidad de quedarse para hacer el doctorado.
Los otros personajes.
En la novela policiaca clásica son planos, no están definidos, solo son piezas
necesarias para el desarrollo de la novela. En cambio, en la novela de Márkaris
cada personaje secundario tiene un perfil propio: la periodista inteligente y
ambiciosa, el jefe de policía que se apunta los éxitos y echa la culpa de los
fracasos a Kostas, el ayudante o el típico tonto útil, el ama de casa
aficionada a las series de la tele y que debe componérselas para sacarle el
dinero a su roñoso marido. Esta caracterización es importante para que la
novela sea un reflejo del mundo real y, a veces, hasta el enigma de los
asesinatos se pone al servicio de la caracterización.
Resulta curioso el detalle con que se describen algunos personajes
secundarios: la madre del pederasta, la hermana y la sobrina/hija de la primera
periodista asesinada, la hija del jefe de “Hello Channel”, la hija de Jaritos.
Son muy atractivos estos personajes en tanto en cuanto permiten relajar la
tensión narrativa y logran crear una atmósfera apropiada para este tipo de
historias.
Estructura. Hay en la
novela clásica policiaca los siguientes elementos: un problema, los datos
esenciales para descubrir el desenlace, el desarrollo de la investigación y,
por último, la demostración. En la novela negra y, en consecuencia, en Noticias de la noche la estructura es
distinta. Kostas Jaritos acude para resolver el asesinato de una pareja de
albaneses y de un par de periodistas de sucesos. Jaritos interroga aquí y allá
(a la hermana y a la sobrina/hija de la primera periodista, al jefe de
informativos y al dueño de una cadena de televisión). Sigue pistas que conducen
la historia en esa dirección que no es la adecuada exactamente (cartas firmadas
por un tal N, el segundo alambre con que asesinan a la segunda periodista). En
esta etapa del nudo el propio Jaritos ayuda al lector a horadar la niebla que
cubre el misterio aunque el autor deja aún la solución bien escondida para el
final; por ejemplo, en la página 205 dice Kostas Jaritos:
“Aún no sé si estoy investigando un caso o si se trata de dos. Si los
asesinatos de Karayorgui y Kostaraku guardan relación con la carpeta que me entregó
Anna Antonaki, si el asesino es Pilarinós o alguien que actuó bajo sus órdenes.
Si no tienen nada que ver, Petratos sigue siendo el sospechoso número uno. Hay
algo, sin embargo, que todavía me atormenta. ¿Por qué el asesino revolvió la
casa de Kostaraku y en cambio no tocó nada de la de Karayorgui? […] Un
auténtico caos.”
Y llega el desenlace. El desenlace
debe ser algo que el lector haya hilado por su cuenta, algo que esté
relacionado con las circunstancias y los personajes desarrollados. En efecto, Petros
Márkaris ya nos ha preparado para el final. Sabemos desde la segunda mitad de
la novela que ni el pederasta ni los trabajadores de “Hello Channel” están
implicados. También hace una cuantas páginas que intuimos el asunto del tráfico de
niños y de órganos.
Que la depuración de culpables llegue hasta un determinado nivel y de ahí
no pase, que no se toque a Sovatsís porque tiene información privilegiada perjudicial
para un pez gordo como Pilarinós, hunde las raíces de la novela en la más pura
realidad, le da una verosimilitud que quedaría muy comprometida, según los
tiempos que corren, si la purga se hubiese hecho de arriba abajo. En cambio,
todo se resuelve como un crimen pasional de cara a la galería. La historia se
cierra así: un pobre policía se venga de una periodista que lo empuja a la
corrupción, que le niega el acceso a su hija, que juega con él. Y de paso han
de cargarse a otra periodista.
Nos encontramos, pues, ante una historia verosímil y eficaz, con juego
limpio pero sin absoluta franqueza porque esta destruiría el misterio. Y eso
que el lector cada vez le pone las cosas más difíciles al autor, pues a base de
leer novelas aprende trucos de aquí y de allá y se las sabe todas. Bueno, casi
todas.
Acabo.
Una novela negra bien pensada y bien escrita. La recomiendo sin ninguna
duda.
Para finalizar. Muy reveladoras las últimas palabras de Kostas Jaritos:
“Estoy luchando contra un monstruo con dos cabezas y tengo que
conformarme con cortarle tres deditos.” (pág. 326)
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