martes, 3 de noviembre de 2020

Palabras terroríficas

 Alejandro Ramos, también de  4º ESO E escribe esta escalofriante narración:


Esta noche, pese a mis 80 años, la sigo recordando como si fuera ayer.

Lauren, una muchacha joven, de belleza divina y unos ojos verdes que paralizaban todo alrededor, murió en una fría noche del invierno de 1934, los médicos no sabían la causa, y según su familia el día anterior estaba sana como una rosa en pleno apogeo de la primavera.

Fue enterrada en el cementerio, más concretamente al fondo. Su familia lloraba , el pueblo lloraba y hasta yo, hombre que no había derramado una lagrima en su vida, estaba llorando como un niño perdido.

Pasaron los días, incluso los meses, y la tristeza seguía en el pueblo, presente como un espectro que no te deja dormir y te asfixia hasta que el aire en tus pulmones se acaba por consumir. Por aquellos tiempos la primavera empezaba a dejarse ver.

Un día mientras volvía a casa ebrio con motivo del cumpleaños de un viejo amigo, pensé verla, ahí parada enfrente mía con los mismos ojos, ¡por Dios! , la vi desvanecerse como un exhalo de aire. Cuál fue mi sorpresa cuando me dijeron que la gente la había visto también.

Fuimos todos al cementerio, como una vez ya hicimos, el enterrador quitó la tierra y abrió el ataúd. Está viva , fue lo primero que pensé al ver los rasguños en la caja cerrada del ataúd donde la joven reposaba, y pese a los meses pasados, el cuerpo seguía igual que cuando la chica seguía viva , incluso me atrevería a decir que tenia la cara un poco sonrosada.

Ella abrió los ojos y nos dijo «quien me haya visto morir estará conmigo, quien haya llorado por mí, estará conmigo; quien no hizo nada seguirá estando conmigo».

No puedo recordar más, pero cada noche la veo parada enfrente de mi cama , con aquellos ojos verdes que en el pasado derretían almas y que ahora no proyectan nada, cada noche ella me dice «quien me vio conmigo descansara el día que parta al mas allá».

No hay comentarios:

Publicar un comentario